Letra por letra, la voz destiñe la oscuridad. Ojo por ojo, se abre el mundo todos los días. Mirada por mirada, se reconstituye el universo.
Letra por letra, la voz destiñe la oscuridad. Ojo por ojo, se abre el mundo todos los días. Mirada por mirada, se reconstituye el universo.
Tarde de domingo leyendo El Oficio y reflexionando verdades diáfanas y puras, necesarias en el mercado de las palabras. La consecuencia de ser iquiqueño sin chumbeques ni malls.
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