Manual de Instrucciones:

Sobre Nicanor Parra, Poemas Ilustrados, por Isabel Hojas y Cristóbal Joannon.

De las facetas conocidas en Parra (1914- 2018), tal vez la más compleja sea la metafísica. Mirar de reojo la lista de vicios en “Los vicios del mundo moderno” y reconocer las calamidades de la civilización sólo da espacio para respirar profundo y mirar -con maravilla o pánico- el fondo del abismo en el cual existimos.

            El diálogo de las ilustraciones, que apelan a la síntesis mas no a la definición (equilibro que se logra dominando la metonimia), ofrecen un juego de escalones en el cual nos acercamos un poco más al fondo a medida que cada página consume al lector. Abrir el texto con El último brindis nos obliga a detener la maquinaria, si acaso es posible, y mirar hacia adentro, en la profundidad de aquello que nos azuza y evadimos en una suerte de persecución en retroceso. “No teníamos terror, no teníamos nada” (p. 43) reza el vate, y de pronto nos envuelve en una evocación que es, de hecho, el presente irremediable. Y es que los versos quiebran el tiempo, y es labor del quien lee armar el vitral de horror o delirio con que observará, a partir de entonces, el lugar donde muere y siente.

            Por último, me pregunto con seriedad: ¿Qué infancia juega con barro y mira el infinito? Tal vez la pregunta sea inútil, pero no es menos inquietante que aquellas respuestas que aguardan en el libro, que el niño verá como un narciso. Dejando las palabras de la Oda a las palomas, abrimos la puerta y salimos a jugar hasta que nos arrastre un pensamiento: “Sus estudiados vuelos, sin embargo/ Hipnotizan a mancos y cojos/ Que creen ver en ellas / La explicación de este mundo y el otro.”